martes, 12 de febrero de 2013

Nada = Todo



Esta historia comenzó hace algunos años cuando luego de mi ruptura con alguien bastante importante en mi vida, inició una “etapa” en la que confieso me he quedado atrapada y la verdad es que no sé si realmente quiero salir de ella. Ha sido un sinfín de cosas maravillosas que marcan lo que hoy soy. Él llegó a mi vida cuando menos lo esperaba y de la manera menos imaginada. Fue una noche en la que decidí salir con mi amiga a distraerme y tomar par de tragos sociales, lo que nos llevó a encontrarnos aquella vez donde la química se dejó colar fácilmente y resultó para nada complicado bailar y conversar fluidamente. Transcurrieron las horas rápidamente, hasta que ese “¿Nos vamos a la playa?” acompañado de picardía en su sonrisa pudo más que mis valores y la idea de que esa propuesta era una completa locura y que lo mejor era regresar a casa. Amanecimos frente al mar, con esa sensación rica de libertad como cuando la brisa acaricia tu piel y abres tus brazos para sentirla plenamente. Llegó el momento en que caímos en cuenta de lo que estábamos haciendo y su pregunta no se hizo esperar, me miró fijamente a los ojos con esa mirada que tiene el don mágico de hacer que me olvide del resto del mundo y me dijo: -¿Qué quieres?- A lo que simplemente respondí: -Nada- seguido de un beso para concluir la conversación. He tratado durante mucho tiempo de analizar todo ese contexto y cuando en el presente busco el verdadero significado de la palabra NADA, me encuentro con un montón de conceptos que solo me hacen concluir que es un convencionalismo utilizado para poder "acceder" a esa mitad del universo que se contrapone a lo material. Justo a eso me referí en aquel momento y quizá no lo sabía o no me había detenido a pensarlo hasta ahora pero lo que sentí y sigo sintiendo, es ese amor infinito que significa TODO y que espera NADA a cambio. 

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario